Todo ser vivo en el planeta, está compuesto en su mayoría de agua. Hoy sabemos que solo el 2,5% de toda la inmensa cantidad del preciado líquido es agua dulce, sin embargo dicha agua se encuentra fuertemente contaminada por la acción irracional del hombre, quien ha establecido un modelo de desarrollo que le da gran importancia a los mercados y a la acumulación de capitales.
Amparados en la economía del libre mercado las grandes empresas privadas entre estas las transnacionales, se han apropiado del agua para hacer de ella un negocio, mediante la construcción de centrales hidroeléctricas, la explotación minera, la transformación del ciclo de los ríos, y la utilización del agua como producto para envasar y vender , convirtiéndose en un bien de propiedad privada y destruyendo por consiguiente, las economías de las mujeres rurales y urbanas, generando nuevos ciclos de discriminación y violencia.
Las mujeres insistimos en la necesidad de visibilizar la realidad que vivimos en nuestros territorios urbanos y rurales con relación al agua; hemos sido productoras primarias de la economía del cuidado a nivel rural y urbano. Somos las suministradoras de alimento, agua y salud. Hemos construido una relación particular con el agua, a través del uso de esta para cocinar, limpiar, criar animales, regar los cultivos y el uso doméstico en general.
El no acceso al líquido vital origina una mayor afectación en las mujeres perjudicando nuestra salud debido a la sobrecarga de trabajo que se genera en su transporte, restándonos además posibilidades para la educación, el trabajo y la participación política.
Gestión política de las mujeres por el agua
Desde la Red de Mujeres Populares se ha reconocido y visibilizado, la gestión histórica del agua por parte de las mujeres.
En el año 2009 el espacio del Tribunal de derechos económicos sociales y culturales de las mujeres realizo reuniones y encuestas en algunas comunidades, pudiendo constatar el estado de empobrecimiento de las familias que allí viven; viviendas construidas en materiales de poca resistencia, con malas vías de acceso, familias numerosas que no cuentan con un empleo estable, el acceso a los servicios públicos y el agua no es en forma permanente. Se abastecen de tanques de agua destapados donde caen pequeños chorros de agua contaminada de la cual se proveen numerosas familias y escuelas. El alcantarillado corre a cielo abierto desembocando en las quebradas sin ningún tipo de tratamiento previo, produciendo graves afectaciones a la salud pública de sus habitantes y del medio ambiente. Estas comunidades son víctimas, como muchos otros territorios, del drama de la pobreza, el no acceso a agua limpia y el pago de altas tarifas para el acceso a los servicios públicos.
Nuestro propósito actual, es la incidencia política a través de la agenda de las mujeres y el agua, como herramienta que habla de la relación de las mujeres con el vital liquido, los problemas que vivimos cotidianamente en esta relación, como estos afectan la vida de las mujeres y una serie de alternativas de gestión desde distintos escenarios políticos para lograr transformaciones positivas para la vida de las mujeres.
Consideramos necesario articularnos para llevar a cabo acciones políticas, jurídicas, educativas de movilización para que el agua sea contemplada en la Constitución Política Colombiana Política como derecho fundamental para todos los seres vivos, se conserve y proteja para las generaciones futuras. Destinación de recursos económicos por parte de los gobiernos para mejorar los acueductos comunitarios, y garantizar el mínimo vital de agua gratuito a todas las personas. Que se tengan en cuenta las experiencias y voz de las mujeres en la gestión del agua; para la formulación de políticas públicas de agua y el ambiente.
En los últimos años una serie de convenciones y declaraciones sobre el agua han establecido que: el acceso al agua es un Derecho Humano Fundamental; en agosto de 2010 la ONU reconocen el derecho al agua potable y el saneamiento como un derecho humano esencial para el pleno disfrute de la vida y de todos los derechos humanos, el 22 de marzo ha sido declarado como el día internacional del agua.